martes, 9 de octubre de 2012

Una mirada al consumismo tecnológico.


Los avances tecnológicos han modificado la vida del hombre desde la prehistoria, respondiendo a necesidades movilizadoras y la creatividad y el espíritu de superación han permitido la creación de una vasta variedad de objetos y/o productos.
Muchos de estos productos han pasado de ser objetos de lujo, a objetos de primera necesidad, por la subjetividad que asociamos a sus características prácticas y por los  espacios que se han ganado en nuestras vidas y actividades. Los últimos tiempos este proceso se ha vuelto vertiginoso, en la medida que el hombre mejora su calidad de vida, más presionado se ve a consumir productos que condicen con dicha calidad de vida. ¿Quién nos presiona?.. Los medios, las modas, la sociedad misma en su aceptación de estándares.
También la información ha cambiado en formato, cantidad, calidad y medios de gestionarla. Antes el acceso era limitado a ciertos individuos y la mayoría de la gente recibía la información que algunos pocos grupos decidían. Los medios de comunicación competían para obtener  primicias, enviaban a sus periodistas a recorrer el mundo, y rara vez se tenía conocimiento de cómo era la vida en otras culturas. Hoy las fronteras físicas han desaparecido para todo tipo de información. !! La cantidad y variedad nos exigen una nueva habilidad, la de clasificar, elegir, ponderar entre tanta información.
Otro elemento muy importante es la existencia de internet que nos acerca el resto del mundo y al resto del mundo, desde el propio hogar o metido en un bolsillo. Acceso inmediato, en unos pocos pasos. Todo un conjunto de oportunidades para acceder y disponer de información, en todos los medios imaginables: texto, sonido, imagen y video.  
 Todas estas herramientas parecen ser la panacea, existen para ser aprovechadas, bien o mal. Instrumentos que convierten nuestras vidas y modos de ver el mundo que nos rodea, de los que hacemos uso e incorporamos entre nuestras necesidades básicas. Su existencia no tiene razón de ser sin nosotros y nuestras vidas han pasado a vincularse tan estrechamente con ellos que parecería que no podríamos salir adelante sin ellos. Una transformación bilateral que avanza ¿Hasta dónde? ¿Cuál es el límite?

Entre necesidad y consumismo, marcada por las constantes pautas publicitarias, en todos los medios. El mercado de cambio de la electrónica ha crecido de modo tal que ha superado las expectativas más descabelladas. Muchos objetos dejan de usarse, no por inservibles, sino por “anticuados”, a los pocos meses de nuevos. ¿Dónde irán a parar todos estos objetos que sale de uso?.
El movimiento ecologista ha presionado orientando a la reutilización de componentes  y al desarrollo de productos más amigables con el ambiente, aunque las montañas de basura tecnológica y la contaminación que producen  ya se hacen notar en cantidades de lugares del mundo.
La producción de información multimedial está estrechamente ligada a este fenómeno, ya que obliga a tener el instrumento electrónico para acceder, lo que es totalmente congruente, salvo cuando las multinacionales desarrollan programas, formatos y sistemas incompatibles que obligan a la sustitución y por tanto descarte y actualización del objeto electrónico correspondiente.
Podríamos seguir estableciendo interelaciones entre fenómenos mundiales, con la tecnología y su desarrollo, pero creo que como conclusión es necesaria una mirada crítica, reflexiva de las necesidades que tenemos y la excesiva cantidad de modos de satisfacerla para hacer uso, pero no abuso y poder establecer una sana relación con la tecnología, evitando la contaminación por la creciente cantidad de basura tecnológica que producimos.
¿Hasta que punto nosotros como consumidores podemos influir en esto? Comprando o no comprando. Promoviendo la reutilización. Vendiendo lo “viejo”, en lugar de desecharlo. Clasificando la basura para facilitar su reciclaje.

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